miércoles, 20 de abril de 2016

El sweater

El fantasma de todo lugar
posado sobre la vela,
enmarca en su cándida sonrisa
sus labios, sonámbulos de tul.
Y en su mínimo rayito de luz
está la lejanía de esos besos usados
y a la par, esas llamadas nocturnas
con sonrisas y sueños efímeros.

Todas las aves vuelan en bandada
huyendo de este desastre,
mientras, cuelgo mi chinchorro
para escribir prosa infinita.

El tumulto y la arena me agobian,
curtiendo su piel de otra, ajena,
y si, es esa agonía
la que me postra en este letargo.

Los caminos sin trazar.
                      
             Las galletitas de avena sin cocción.

                            El itsmo testigo.

              Médanos, algoritmo de adioses.

Todos nuestros.

Y solo un sweater quedó.